viernes, 15 de junio de 2018


"REGALO"...No te quedes sin mi último libro, La Feria del Libro de Gijón, es tu oportunidad de conseguirlo.
Nos vemos mañana en el stand de: Casa del Libro, a las 18.00 de la tarde.
Paseo de Begoña, Gijón.

LIBRO REGISTRADO EN EL REGISTRO DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS. 

“VENGANZA DE SANGRE”

H. D. CRUZ


DEDICATORIA

“REGALOS”
Mis regalos de vida habéis sido mis hijos, mis amores incondicionales.
Me liberasteis de personas que me dañaban, tanto antes como ahora.
De hacer de mi vida algo especial, y enriquecerla de principio a fin.
De darme el poder de amaros más allá de la vida y de la muerte, eternamente.
De romper las cadenas del qué dirán,
y hacerme sentir con la fuerza más intensa de la naturaleza.
De no endurecerme con una vida difícil,
siempre preferiré sentir demasiado que no suficiente, aunque eso me mate.
Me liberasteis de los miedos y de las pérdidas, porque he sido fuerte por y para vosotros.
Nunca me arrepentiré de daros la vida, porque solo por eso, ya ha merecido la pena vivir.

Os quiere, mamá <3 



**PRÓLOGO

La lluvia caía en frías gotas mientras la vida se le escapaba mirando un cielo azul que desaparecía poco a poco. La oscuridad se hacía dueña de la noche en que iba a morir. Su mente comenzó a repasar su vida, decían que era lo último que sucedía cuando la muerte te acechaba, estuvo a punto de sonreír socarronamente, pero su boca se llenó de sangre y le hizo toser con fuerza.

Se vio como un niño pequeño y dejó que le invadieran los hermosos recuerdos de una infancia feliz. Los momentos con su madre cuando jugaban entre los campos de trigo, nadando en el río que cruzaba sus tierras y donde le enseñó a nadar, enseñándole a hacer galletas a su lado y cocinando las comidas que más le gustaban, las canciones que bailaban juntos y su madre tatareaba mientras le abrazaba, las nanas y los mimos que le daba cuando se iba a la cama, sus caricias cuando estaba enfermo y sus desvelos por hacer de él, de su pequeño príncipe, un hombre feliz.

Un padre severo, de pocas palabras y menos besos, pero que le quería. No era tan expresivo como su madre, era un hombre callado, observador y de pocos detalles cariñosos. Una mirada cómplice cuando su madre le regañaba, cuando le cedía su trozo de postre y se terminaba el suyo. Aquellas caricias suaves en su cabeza cuando se iba a trabajar y cómo limpiaba sus lágrimas cuando no sabía qué decirle.

Los dos le habían enseñado a ser educado, trabajador y respetuoso, y le habían inculcado los valores que le hubieran hecho un gran hombre. Le habían dado todo lo que tenían y hasta lo que no, en una tierra dura, sin comodidades y de lucha pero, sobre todo, se habían desgastado para hacerle feliz.

Fue una decepción total para ellos y les había pagado siendo un chico difícil que se metía en problemas, peleas. Quería cosas que no podían darle y les censuraba por ello. Alternaba temporadas en los que les ayudaba en sus duros trabajos en unas tierras que labraban con su propias manos y sangre, y a las que odiaba con toda su alma porque solo les daba miseria.

Se le daba bien luchar y las armas, y tenía una rabia interior que le daba el coraje de la inconsciente juventud para no detenerse ante nada, ni ante nadie. Con aquellas dos artes conseguía buen oro, mujeres, bebida y jugarse lo que poseía y lo que no. No había vicio que desconociera y no practicara antes de llegar a su plena hombría.

Había peleado en las causas que consideraba primero justas, el buen oro y unas bonitas piernas de mujer que le recibieran cada noche entre sus cremosos muslos. Era un verdadero idiota, asesinar siempre era derramar sangre. Sus padres se asustarían de lo que había hecho con su vida si pudieran verle. Las lágrimas comenzaron a deslizarse y a mezclarse con las gotas de lluvia y una voz a su lado le hizo una pregunta.

¿Aquella voz era su conciencia? De todas formas, ¿qué más daba? Moriría en pocas horas y contestó mentalmente a aquellas preguntas sin poder evitarlo.

La voz de su conciencia volvió a molestarle y a pedir respuestas, como si no tuviera bastante con sus remordimientos y pesares. ¿Qué demonios quería ahora?

Estuvo a punto de cerrar los ojos y dejar de oír a aquella pesada conciencia que le molestaba hasta para morir. Una sacudida le hizo volver a abrirlos y volver a ver la hermosa noche tachonada de miles de estrellas.

Una enorme sombra le cubrió y tapó las estrellas. Antes de poder pensar con coherencia, un terrible dolor cercenó su cuello y sintió cómo se le iba la vida. Era justo pago para su disipada vida morir a manos de un depredador, pero odiaba no haber conocido el amor que sus padres compartieron, enorme y dulce, tan distintos y a la vez siendo capaces de amarse hasta la vejez.

No tenía fuerzas para volver a ver la noche estrellada, que le cubría y se llevaba su vida, pero escuchó una risa sarcástica y dura, que se reía de su último pensamiento. ¡Maldita conciencia!

Se durmió o murió esa noche…pero a la siguiente volvió a abrir los ojos. ¿Cómo podía ser? Quizás seguía vivo… Pero no respiraba y no sentía su corazón, todo era silencio a su alrededor, solo veía piedra.

Se volvió en guardia contra su conciencia que seguía hablando, pero delante de él solo había un hombre alto, de pelo blanco y ojos grises.

Le siguió y luchó a su lado por una causa justa que no era la suya, pero que buscaba algo mejor para los que les rodeaban. Aprendió y llegó a ser el mejor para de nuevo volver a morir como un fracasado. Esa segunda vez que la traición le partió el corazón y que la muerte volvió a reclamarle también fue burlada. Esta tercera vez fue la magia del ejecutor quien le trajo de nuevo a una medio vida y vuelta a empezar. Tres vidas y en todas acababa solo y fracasado.

**EN EL PRESENTE  
           
Las manos llenas de sangre era lo único que veía cuando la noche desaparecía y el amanecer le amenazaba con obligarle a dormir en un sueño frío, solitario y, casi siempre, carente de sueños por los que seguir vivo.

Cuando no estaba matando, ni inmerso en una intriga tras otra entre Sires, pensaba en su primer  fracaso en la vida como humano, su breve paso por la vida de vampiro y, por último, su vida como ejecutor de una Corte que no era la suya y a la que sin embargo se sentía unido.

Un fracaso tras otro y en la única ocasión que lograba encontrar el amor, huía. Dejaba abandonada a la única mujer que le había aceptado por él mismo, sin que nada los separara. Amaba su risa, su sentido del humor, su cuerpo, sus caricias, sus besos y hasta su mal genio.

Tenía que recuperarla y tenía toda una eternidad para hacerlo, hablaría con su caudillo, rompería las promesas de sus esponsales y lograría volver a su vida como si jamás se hubiera ido. Esa misma noche ya había discutido con su Sire y aunque se resistía a dejarle irse, lo haría. Ya había sangrado suficiente por ellos y les había servido bien.

Sin embargo, la nota que pasaron bajo su puerta cambió todos sus planes: su casa, su hogar y todos los que amaba habían desaparecido. Un nuevo golpe que le hacía tambalearse intentando sobrevivir.

Apretó sus puños hasta que la nota desapareció y quedó hecho una arrugada bola, mientras le gritaba loco de dolor a la noche ¿Por qué nada podía salir como quería? ¿Por qué siempre tenía que luchar por cada migaja de felicidad?
https://www.casadellibro.com/libro-venganza-de-sangre/9788491839491/6430216

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